Empezamos con una pregunta simple
En 2019, Bingen Uribarri empezó primavorayvi después de ver cómo sus vecinos en Vitoria se ahogaban en jerga financiera. Había trabajado años en banca tradicional y sabía que algo fallaba. Las familias necesitaban claridad, no productos complicados.
El primer año fue duro. Tres clientes, ningún presupuesto de marketing, solo conversaciones honestas en cafeterías. Pero esas conversaciones funcionaron. La gente valoraba que alguien les hablara en su idioma, sin tecnicismos innecesarios.
Hoy trabajamos con más de 200 familias en Euskadi. Seguimos sin promesas exageradas. Lo que ofrecemos es transparencia y formación práctica para que cada persona comprenda qué hace con su dinero y por qué.